Caracteristicas culturales aztecas

La religión politeísta impregnaba todos los aspectos de la vida, con rituales y sacrificios para complacer a los dioses. El calendario azteca era preciso y complejo, basado en observaciones astronómicas. Los gobernantes aztecas eran considerados descendientes de los dioses.

Los aztecas tenían un gran conocimiento de astronomía, prediciendo eclipses y fenómenos celestes. La importancia del destino influía en sus decisiones y acciones. El idioma náhuatl era la lengua franca del imperio, uniendo a diferentes pueblos. La familia era la base de la sociedad, con roles definidos para hombres y mujeres.

La administración del imperio se basaba en el cobro de tributos a los pueblos conquistados. El uso de plantas medicinales era extenso, con conocimientos transmitidos de generación en generación. La mitología azteca explicaba el origen del mundo y el papel de los dioses en la vida humana.

La ingeniería hidráulica era avanzada, con sistemas de acueductos y diques. Los guerreros eran altamente respetados por su valentía en la batalla. El comercio era vital, utilizando el trueque y granos de cacao como moneda. La diplomacia era utilizada para mantener relaciones con otros pueblos.

La educación era crucial, diferenciada por clase social, con el telpochcalli para el pueblo y el calmécac para la nobleza. La arquitectura reflejaba una cosmovisión dual entre el cielo y la tierra. La artesanía en madera era utilizada para la creación de máscaras y esculturas.

La recolección de insectos y larvas era una fuente de alimento. La cerámica era elaborada, con diseños geométricos y representaciones de animales y dioses. Su sistema de escritura era jeroglífico, utilizado para registrar historia y conocimientos. El uso de obsidiana para herramientas y armas era común, demostrando su dominio de los recursos.

La planificación urbana de Tenochtitlán era sofisticada, con calles, canales y plazas bien organizadas. La sociedad azteca era jerárquica y compleja, con nobles, sacerdotes y guerreros en la cima. La poesía y la música eran apreciadas, utilizando instrumentos como tambores y flautas en ceremonias religiosas.